El dispositivo de ventilación y seguridad VSD optimiza la vida útil de la batería de iones de litio del coche eléctrico y protege el vehículo en caso de combustión.
Las baterías para vehículos eléctricos se componen de numerosas celdas de iones de litio, además de la electrónica necesaria para su control. Son sistemas de cierta sensibilidad que, al instalarse en la parte inferior de los coches, presentan una serie de desafíos. Necesitan:
· Protección contra agua y polvo, entre otras partículas y objetos.
· Protección contra golpes y vibraciones.
· Equilibrio de presión entre el exterior y el interior de la carcasa de la batería.
· Liberación de presión en caso de fuga térmica.
Para proteger las baterías del agua, golpes, vibraciones y accidentes, la estructura mecánica debe ser robusta y debe cumplir como mínimo con el grado de protección IP67. Además, el pack debe tener un peso reducido para mantener el peso total del vehículo lo más bajo posible.
Por eso, con el propósito de garantizar robustez y protección, pero sin incurrir en un exceso de peso, las baterías para vehículos eléctricos utilizan un metal delgado para sus carcasas. Además, para evitar el deterioro provocado por los cambios de presión asociados a las diferencias de temperatura (la interna frente a la externa), las baterías necesitan “respirar”. Y aquí se presenta un nuevo peligro: el de las fugas, lo que arruinaría el grado de protección que la batería precisa.
¿La solución? El uso del dispositivo de ventilación y seguridad VSD, que optimiza la vida útil de la batería de iones de litio del coche eléctrico y protege el vehículo en caso de combustión.
Equilibra la presión entre el interior y el exterior de la batería.
Expulsa los gases nocivos en caso de combustión dentro de la carcasa de la batería.
Apertura completa en caso de combustión.
Ventilación independiente y función de explosión en un solo dispositivo.
Fuente: Gaestopas