Qué es y cómo funciona un contactor

Según el REBT, en su ITC-BT-01: “CONTACTOR CON CONTACTOS ABIERTOS EN REPOSO Aparato de interrupción no accionado manualmente, con una sola posición de reposo que corresponde a la apertura de sus contactos. El aparato está previsto, corrientemente, para maniobras frecuentes con cargas y sobrecargas normales.”


Por tanto, un contactor es un dispositivo de apertura/cierre de circuitos accionado en remoto mediante un actuador (pulsador, final de carrera, etc.).

¿Cómo funciona un contactor?

Un contactor consta de varias partes, independientemente del tipo de contactor que estemos tratando.

Como elementos comunes a todos ellos, tendríamos una bobina, alojada en un núcleo ferromagnético fijo, que al ser alimentada mediante el actuador anteriormente visto, provoca el acercamiento de la parte móvil del núcleo, que a su vez arrastra los diferentes contactos de potencia y auxiliares de que conste el contactor, cambiando la posición de abierto a cerrado o viceversa.

¿Cómo elegir un contactor?

De una manera muy básica, podríamos decir que el primer factor a tener en cuenta sería qué tipo de receptor vamos a alimentar mediante nuestro contactor.

Se puede resumir en dos categorías de empleo básicas, existiendo algunas para tipos de carga específicas:

  • AC-1 es la categoría de empleo que seleccionaremos cuando nuestros receptores sean alimentados con corriente alterna y sean mayormente resistivos o con un factor de potencia igual o superior a 0,95. Algunos ejemplos de esta categoría serian los circuitos de radiadores o circuitos de iluminación.
  • AC-3, es la categoría a seleccionar cuando los receptores a alimentar son motores de jaula de ardilla, dimensionados para soportar las intensidades de arranque propias de este tipo de motores.

Una vez seleccionada la categoría de empleo que mejor se adapte a nuestras necesidades, lo siguiente sería seleccionar la intensidad de empleo para esa categoría. En las placas de características de cada modelo podemos encontrar este dato. En este caso, 20A en AC-1 y 9A AC-3.

La siguiente elección consiste en saber cuantos contactos de fuerza necesitamos, existiendo de manera habitual 3P o 4P, así como la necesidad que tengamos de contactos auxiliares, utilizados para señalización de estado, enclavamiento eléctrico con otros contactores, etc.

Una vez decidido el modelo de contactor, debemos decidir a que tensión vamos a alimentar a la bobina, en función del circuito de mando asociado.

Atendiendo a estas características, podemos encontrar en el mercado contactores en formato modular, principalmente en categoría de empleo AC-1, en 2P y 4P con intensidades que van desde los 20A hasta los 63A, con diferentes opciones de contactos de fuerza.

Para categoría de utilización AC-3, lo más usual es el formato industrial, teniendo una gama desde minicontactores de 6A hasta 630A, con un amplio surtido de auxiliares tales como cámaras de contacto auxiliar, temporizadores neumáticos, enclavamientos mecánicos, etc.

Bonus track

Dado que un contactor NO es en sí mismo un método de protección frente a sobreintensidades o defectos de aislamiento, es necesario complementarlo con la aparamenta adecuada.

Hay dos modelos clásicos:

Ambos casos cuentan con protección diferencial y protección contra sobreintensidades, por lo que nuestra instalación estaría debidamente protegida.

Mediante contactores también formamos maniobras clásicas, tales como arrancadores estrella-triangulo, inversores de giro, conmutaciones…

Como curiosidad, hay que decir que, a pesar de todas las nuevas tecnologías o de que utilicemos lógica cableada o programada, seguimos contando con el contactor como la forma más fiable y eficiente de gobernar nuestros motores o circuitos de alumbrado.

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