El Ministerio de Transición Ecológica se prepara para paliar el riesgo que suponen para la estabilidad de la red eléctrica la enorme cantidad de pequeñas plantas solares de autoconsumo que se están instalando en España que ya ascienden a más de 5.000 MW de potencia y que se espera que alcancen los 19.000 MW en el año 2030. Los propietarios de placas para autoconsumo tendrán que realizar ajustes de programación de sus equipos para adaptarse a la nueva normativa que evitar problemas de apagones en el sistema. En la práctica, supone que en muchos casos un coste adicional para los usuarios de autoconsumo.
El incremento previsto de las instalaciones de pequeño tamaño, ligado en gran medida al crecimiento del autoconsumo -entre 0,8 y 100 kW de potencia-, hace necesario que todas ellas se conecten a la red garantizando un mínimo de robustez, es decir, sin riesgos de un fallo en cadena por el salto de las protecciones en caso de producirse una suerte de cortocircuito.
Según indica el Gobierno, los equipos que están disponibles actualmente en el mercado para su instalación en módulos para este parque eléctrico de pequeña potencia ya son capaces de cumplir con estos requisitos con modificaciones mínimas que no serían a nivel de equipo sino de programación.
Así, el Ministerio otorgará un plazo de 15 meses desde la entrada en vigor de este real decreto para adaptar las instalaciones con esta tecnología. Posteriormente, los propietarios de las mismas tendrán que presentar los certificados de acreditación de la conformidad del cumplimiento de estos nuevos requisitos. En consecuencia, no se espera que de esta medida se deriven consecuencias que puedan suponer un freno para los objetivos de despliegue del autoconsumo, pero sí que implicará en muchos casos un coste adicional para los propietarios de las mismas.
Desconexión automática
La medida, que ya se aplicó en su día para que los parques eólicos no se desconectaran en cadena en caso de un hueco de tensión, se replicará ahora para estas instalaciones. Con este paso adelante, el operador del sistema puede evitar que ante una caída de suministro por el fallo de alguna central, se produzca una pérdida de potencia que genere una desconexión automática de estas instalaciones del sistema y agrave el problema de suministro.
Según explica Transición Ecológica en la memoria económica del Real decreto de Contratación y suministro en el horizonte del año 2026 se observa una disminución significativa de la capacidad de acceso en los nudos de la red de transporte como consecuencia del aumento del volumen de generación que no dispone de capacidad para soportar estos llamados huecos de tensión.
De hecho, Red Eléctrica estima que, por cada megavatio de generación sin esa capacidad, el acceso disponible disminuye en varias decenas de megavatios.
A medida que la energía solar gana terreno como una de las principales fuentes de energía renovable, su integración en la red plantea estos nuevos desafíos técnicos para las pequeñas plantas, lo que ha incrementado la necesidad urgente de integrar estos instrumentos avanzados en las plantas solares que ayuden a mitigar los huecos de tensión. Estos fenómenos, que consisten en caídas temporales en el nivel de voltaje, representan un riesgo significativo para la estabilidad de las redes eléctricas y el rendimiento óptimo de las propias instalaciones.
Las plantas soleras, las más expuestas
Los huecos de tensión, generalmente causados por fallos en la red, fluctuaciones o perturbaciones externas, pueden provocar la desconexión de las plantas solares, afectando gravemente a la fiabilidad del suministro eléctrico e incluso a las interconexiones internacionales, que son el último recurso en caso de una pérdida de suministro y que por su escaso peso en España no pueden servir para hacer frente a este tipo de situaciones.
Los expertos señalan que es crucial implementar sistemas avanzados como controladores de tensión y compensadores reactivos, los cuales permitan a las plantas solares reaccionar de manera eficaz ante estas caídas, manteniendo la estabilidad de la red.
Hasta que se apruebe la normativa específica -previsiblemente a finales de este año- que defina los requisitos técnicos para la conexión a la red que deben cumplir las instalaciones de almacenamiento que inyecten energía a las redes de transporte y distribución, estas deberán cumplir con la normativa en vigor que regule los requisitos para la conexión a la red que sean de aplicación a los módulos de generación de electricidad, tanto en su modo de funcionamiento de inyección de potencia como de absorción de potencia.
En resumen, mientras la energía solar sigue ganando protagonismo en el panorama energético global, abordar la problemática de los huecos de tensión se presenta como un reto técnico de primera magnitud que debe ser resuelto mediante la implementación de tecnologías avanzadas.
Los huecos de tensión, si no se controlan adecuadamente, pueden generar pérdidas económicas tanto para las empresas de energía solar como para los consumidores finales, además de ralentizar el proceso de transición energética. Por ello, tanto los reguladores y operadores de red están instando a los desarrolladores de plantas solares a priorizar la incorporación de estos instrumentos preventivos dentro de sus diseños y operaciones.
Ya se adaptaron 4.000 MW de energía eólica
Unos 4.000 MW de energía eólica tuvieron que afrontar hace ya varios años un proceso de adaptación a los huecos de tensión. En aquel momento, los aerogeneradores no estaban preparados para afrontar una situación de cortocircuito que se produce cuando por distorsión del sistema saltan las protecciones del mismo y hacen que todos los parques se desencadenen con efecto dominó.
En consecuencia, estas plantas no están preparadas para afrontar apagones, es más, pueden agravarlos en caso de algún fallo del sistema. En aquel momento, el Gobierno aprobó un incentivo económico para llevar a cabo esta adaptación que en este caso no se incluye para las pequeñas plantas de producción fotovoltaica.
Fuente: Rubén Esteller, El Economista