Grupo Cochele: “El futuro lo veo haciendo lo que a los demás les da miedo”

Grupo Cochele - APIEM

Natural de Villa del Prado (Madrid), Juan Francisco Gómez Lorenzo, más conocido como Cochele, es un entusiasmado de su trabajo, de su tierra, de sus raíces y de las nuevas oportunidades. Procede de una familia de transportistas de verduras de lo que se conoce como “La Huerta de Madrid”, pero cuando le llegó el momento de elegir destino quiso que el suyo no estuviera ligado a horas de carretera y noches fuera de casa. “Mi padre transportaba las verduras desde Villa del Prado hasta Mercamadrid y hacía muchos kilómetros durante la semana. Yo no quería eso para mí”.

Sin embargo, como buen pradeño, no se ha desvinculado en ningún momento de su pueblo, de la tierra que le ha visto crecer en lo personal y en lo profesional, y son innumerables los proyectos de electrificación que ha hecho en Villa del Prado y sus huertas. Conocer una de estas instalaciones hortofructícolas es como entrar en un oasis de colores, de silencio y paz. Con un muy elevado nivel de automatización, control y medición, son un claro ejemplo de que la electricidad es el principio de todo y de que el oficio de instalador va mucho más allá de cambiar cables y luminarias.

Gracias a la electricidad, los invernaderos y las plantas agrícolas se transforman en un juego armonioso de riegos motorizados, luces domotizadas y maquinaria electrificada y controlada para ofrecer al cliente final las verduras en óptima calidad. Cochele, que es conocido así por ser el apodo de su padre en Villa del Prado, empezó en el mundo de la electricidad a los 17 años. “Fueron unos inicios duros. Tenía que pagar un taxi para ir a estudiar FP de Electricidad a Cebreros y luego, por las tardes, empecé a echando una mano a un electricista del pueblo que se encargaba de los mantenimientos”. Su primer día de trabajo ya le enseñó que en la vida nada es fácil. “Tuve que subir todo el material de iluminación a la torre de la iglesia del pueblo”, recuerda.

Con 19 años aprueba el título de carné de instalador y sueña con crecer en su profesión. Por eso, y siempre de la mano de Vanessa Blanca, pusieron en marcha una empresa que a día de hoy se ha convertido en un grupo empresarial que cuenta con 58 empleados y 9 oficinas de atención de Iberdrola en toda España.

Dar un servicio diferente

La aventura con Iberdrola se inició en 2009, cuando se liberaliza el mercado eléctrico y se cierran algunas oficinas de la compañía. Criado bajo ese precepto propio de los pueblos pequeños en los que todos los vecinos se conocen y se ayudan, Cochele siente la necesidad de que no puede dejar a sus vecinos sin esa atención y resolución de problemas de instalación eléctrica que habían tenido hasta entonces. Por este motivo, contacta con Iberdrola Clientes y le ofrecen una oficina en Európolis (Las Rozas de Madrid), en la que pone al frente a Vanessa Blanca. “De ahí, pasamos a montar otras cinco oficinas de Iberdrola ubicadas en Carabanchel, Villaviciosa de Odón, calle Alcalá y Manuel Becerra, y hay que añadir la tienda de Villa del Prado que se abrió mientras hacíamos la nave y estuvo funcionado a la par que todas las de Madrid. Formamos nosotros al personal porque queremos dar un servicio diferente, un asesoramiento integral en cualquier campo desde reformas de fincas hasta tarifas nocturnas y facilidades de pago”, comenta.

Con ese bagaje encima, no es de extrañar que antes de la pandemia abriera una oficina también en Valencia y más tarde, en Ciudad Real.

Actualmente, cuenta con oficinas de atención al cliente en las madrileñas calles de Aguacate, General Ricardos, Manuel Becerra, Vistalegre, así como en los municipios de Villa del Prado, Villaviciosa y Las Rozas. Además, de Valencia y Ciudad Real.

Esta trayectoria con Iberdrola ha dado como fruto que “estemos presente en los proyectos de la compañía. Hemos trabajado con Mercedes, Lexus y otras marcas de renombre para la instalación de puntos de recarga de vehículo eléctrico y recientemente, el BBVA e Iberdrola han firmado un acuerdo por el que somos prescriptores, junto con otras tres empresas instaladoras, para informar en las oficinas bancarias sobre la instalación de paneles solares”, explica. Cochele, que indica que en la actualidad están volcados en el impulso de las comunidades solares, añade que el 50% de su negocio actual está centrado en el vehículo eléctrico y el 30-35% en el autoconsumo. En este último ámbito, trabaja un 60% para Comunidades de Propietarios y un 30% para viviendas unifamiliares.

Las claves de futuro

Cochele tiene claro cuáles son las claves del futuro de esta profesión. La primera es “atreverse a hacer lo que a los demás le dé miedo” y con esta frase rotunda se refiere a que los instaladores tienen que “ir adelantados al cliente, tienen que darles soluciones y no acomodarse a lo de siempre” y para eso es necesaria la formación, “pero también saber venderlo”, señala.

La otra clave de futuro la encuentra en la formación y, concretamente respecto a la energía solar, alerta de la peligrosidad de instalarla sin tener la formación necesaria.

“Hay gente subiéndose a un tejado sin escrúpulos, haciendo un taladro sin saber si tiene sujeción. Hay mucho pirata sin formación, pero llegará un momento en el que ellos se queden por el camino y nos quedemos los que llevamos toda la vida”.

También respecto a la formación, y en este caso unida a un problema endémico del sector: el de la falta de profesionales, Cochele aboga por un cambio radical del modelo de Formación Profesional, que adolece de una falta de prácticas.

“Los estudiantes de FP de Electricidad no salen preparados ni con el Grado Superior, los centros educativos no invierten en materiales ni en realizar suficientes prácticas. Cuando yo estudiaba, hacíamos prácticas tres horas diarias durante cuatro días a la semana”.

Cochele creció entre huertas y camiones, acompañado del canto de los pájaros y recorriendo a pie o en moto (una de sus pasiones) la belleza de la “Huerta de Madrid”, pero también creció con ese sentimiento de devolver a su entorno lo que anteriormente este le ha dado. Por ese motivo, Cochele es un instalador conocido no solo en su comarca, sino también fuera de ella, con un grupo empresarial de servicios múltiples que abarca desde instalaciones eléctricas, reformas, instalaciones fotovoltaicas e instalaciones de puntos de recarga vehículo eléctrico que dirige desde una nave de 550 metros cuadrados en planta distribuidos en 4 plantas en Villa del Prado.

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