El vehículo eléctrico y su importancia en el mercado actual a favor de la sostenibilidad

Según la última encuesta de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E – Transport & Environment), los españoles son los europeos más dispuestos a cambiar su vehículo eléctrico por uno menos contaminante (concretamente el 71% de los españoles entrarían dentro de esta afirmación), aunque en una primera instancia la inversión sea mayor que un vehículo estándar con combustibles fósiles.

El uso del vehículo eléctrico es una herramienta clave dentro del compromiso existente hoy en día, para la lucha contra el cambio climático y a favor de la sostenibilidad. Esta nueva idea de movilidad eléctrica lleva asociada un gran número de ventajas, ya sean medioambientales, gracias a la energía 100% renovable en la recarga, limitando la dependencia de combustibles fósiles y eliminando las emisiones de CO₂ de los vehículos, así como económicas.

¿Cuántos modos de recarga existen en el mercado actualmente?

Actualmente, en el mercado existen cuatro tipos de carga:

  • Modo de carga 1 (carga lenta – 6/8 horas): este tipo de modo de carga lento se realiza en una toma no destinada exclusivamente a la carga del vehículo eléctrico, lo que se conoce como toma no dedicada (enchufe doméstico – toma schuko). Por ello, la carga se realiza a una tensión de 230 V y no incluye seguridad, por lo que se aconseja para la carga de pequeñas motos o bicis eléctricas, pero no vehículos con grandes potencias.
  • Modo de carga 2 (carga lenta – 6/8 horas): igual que en el caso del modo de carga 1, el modo de carga tipo 2 se realiza a través de un enchufe doméstico (toma no dedicada), pero sí que existen comunicaciones entre el punto de carga y el vehículo con un sistema de seguridad con protección incluida. Es un sistema de carga lenta, con potencias de carga que pueden llegar hasta los 3,7 kW y destinados mayoritariamente a coches híbridos enchufables o vehículos eléctricos de pequeñas dimensiones.
  • Modo de carga 3 (carga semi-rápida/rápida – 3/4 horas): este modo de carga es exclusivo para las estaciones de carga de vehículo eléctrico y es la tipología más utilizada y estandarizada para la recarga del vehículo eléctrico a nivel mundial, tanto en el ámbito privado como en el ámbito público. La conexión del vehículo eléctrico a la red de corriente alterna se realiza mediante equipamiento dedicado en exclusiva a la recarga del vehículo eléctrico, pudiendo realizarse la recarga tanto en monofásico como trifásico, depende de las características de la aplicación y de la estación de carga. La intensidad normal de este modo es de 32 amperios (aunque también pueden existir estaciones con intensidad hasta 63 A) y la potencia normal es de entre 7,4 kW a 11 kW.
  • Modo de carga 4 (carga rápida/ultrarrápida – 20/30 minutos): modo de carga destinado a su aplicación en estaciones de uso público exteriores y principalmente en electrolineras, gracias a su velocidad de carga, permitiendo recargar como mínimo un 70% de la batería del vehículo en menos de 30 minutos. Las potencias de carga de este tipo de estaciones pueden alcanzar los 125 kW (o más), a una tensión de 600 V y con una intensidad de 400 A.

¿Qué tipos de conectores hay para la carga del vehículo eléctrico?

  • Conector schuko: este tipo de conector es utilizado para los modos de carga lentos 1 y 2 en enchufe doméstico, destinados a la carga de vehículos eléctricos de pequeñas dimensiones, motos o bicicletas eléctricas. La tensión máxima de funcionamiento es 230V, con una corriente de 16 A.
  • Conector tipo 1: conector utilizado para el modo de carga tipo 3, con una tensión máxima de funcionamiento de 250 V y una corriente de 32 A. Estas bases son usadas normalmente por los fabricantes asiáticos, estando el uso del conector tipo 2 mucho más estandarizado a nivel europeo y nivel mundial. Posee 5 pines (fase, neutro, tierra y 2 pones de comunicación).
  • Conector tipo 2: es la solución propuesta por la Unión Europea para el modo de carga 3 y se usa tanto en redes monofásicas como trifásicas. La tensión máxima de funcionamiento es de 500/250 V, con una intensidad máxima de 63 A, dependiendo de su uso en monofásico o trifásico. Los conectores tipo 2 monofásicos llevan 5 pines (fase, neutro, tierra y dos pines de comunicación), con una intensidad de hasta 32 A y 7,4 kW de potencia de manera estándar. Por otro lado, los conectores tipo 2 trifásicos disponen de 7 pines (tres fases, neutro, tierra y dos pines de comunicación), con una intensidad hasta 63 A y una potencia de 43,8 kW.
  • Conectores CCS: aunque este tipo de conector se utiliza en el modo de carga 4, ya que permite la recarga en corriente alterna y también en corriente continua, por lo que resulta ser una opción muy económica y eficiente, puesto que puede ser utilizada en diversidad de aplicaciones, ya sea en el sector residencial, sector terciario con su uso en supermercados o centros comerciales o su uso en estaciones de carga públicas exteriores, tales como electrolineras.
  • Conector CHAdeMO: este tipo de conector se utiliza principalmente en el modo de carga 4 y aunque es empleado en Europa, este conector está más orientado al mercado asiático, junto con el conector chino GB/T. El conector CHAdeMO es capaz de soportar hasta 500 V y un máximo de 400 A.

Desde Temper y siguiendo con nuestra tradición, apostamos por soluciones técnica y económicamente eficientes, es por ello que hemos introducido una gama de estaciones de carga para vehículo eléctrico, tanto para ámbitos privados con control dinámico de potencia, de hasta 7,4 kW, así como para ámbitos públicos con el protocolo de comunicación estandarizado OCPP1.6J de hasta 22 kW.

El control dinámico de potencia supone una gran virtud frente a las estaciones de carga convencionales, sobre todo en el ámbito privado/sector residencial, puesto que permite medir la potencia de la instalación, así como la demanda de los aparatos eléctricos del hogar y del vehículo eléctrico, para establecer una regulación entre ellos. Entre las principales ventajas de esta funcionalidad destaca:

  • Mayor seguridad – la autoregulación impide que se originen sobretensiones que provoquen cortes de luz.
  • Mayor ahorro – permite ahorrar en el consumo de energía, sin necesidad de aumentar la potencia contratada.
  • Balance constante – la potencia restante de la vivienda se destinada a la carga del vehículo eléctrico.

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