Curva de carga: cómo hacer frente a los excesos de potencia que repercuten en la factura eléctrica de tus clientes

Los instaladores eléctricos tienen la capacidad de ayudar y asesorar ante los próximos cambios.

A principios del 2020, se publicó en el BOE la circular 3/2020 de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia. En ella se establecía la nueva metodología para el cálculo de los peajes de transporte y distribución de electricidad con la intención de que entrara en vigor a 1 de noviembre de 2020. Luego llegó el COVID y los planes tuvieron que cambiar.

Si bien la siguiente fecha era el 1 de abril de 2021, por diferentes motivos se ha pospuesto hasta el 1 de junio de 2021, suponiendo no haya más imprevistos.

Las razones para una nueva estructura tarifaria son variadas: reparto de los costes regulados de distribución y transporte a los nuevos usos de consumo, diseño en función de los niveles de tensión, incentivar el uso de las redes en periodos horarios de menor saturación, entre otros.

Entre los principales afectados por esta nueva estructura tarifaria se encuentran los suministros en baja tensión tanto en el rango doméstico como en pymes, incrementando la dificultad y comprensión de las facturas que reciben.

Por supuesto los cambios también afectan a los suministros de alta tensión, especialmente a aquellos con menos de 450 kW contratados, pero en general los cambios de los periodos horarios afectarán a todo el espectro de tarifas.

Por un lado, la buena noticia es que, a priori, los precios propuestos del término de potencia son considerablemente inferiores a los actuales, por ejemplo, un suministro en baja tensión con potencia actual de 20 kW en cada periodo, pasaría de pagar 1.712,45 €/año frente a 606,37 €/año con las nuevas tarifas.

Para un cliente residencial ocurre algo similar, para una potencia contratada de 4,4 kW el ahorro sería de 42,55€/año. Teniendo que diferenciar ahora entre dos periodos horarios donde elegir esa potencia.

¿Hay truco? ¿Qué se nos pasa por alto? Si actualmente tienes excesos de potencia, hasta ahora se aplicaba una fórmula teniendo en cuenta el registro mensual de las potencias demandadas. A partir de junio se facturarán los excesos por cuartos de hora, planteándose primero la dificultad de validar si la factura es correcta o no, y segundo la necesidad de buscar una solución pues económicamente el impacto es elevado.

Es aquí donde los instaladores autorizados tienen la capacidad de ayudar y asesorar a sus clientes ante los próximos cambios, ofreciendo soluciones y alternativas que atenúen el impacto económico, y disminuyan la preocupación ante una factura de difícil comprensión.

Es fundamental el conocimiento y obtención de la curva de carga. Para los usuarios domésticos la vía más ágil es usando los datos de la empresa distribuidora, se puede dar de alta al cliente y visualizar los consumos del contrato en cuestión, por horas, días, semanas, meses, localizar puntas de demanda, consumos residuales, pautas de consumo que se puedan modificar para lograr una mayor eficiencia y reducir el gasto.

Para suministros en baja tensión será difícil obtener esta curva pues normalmente el tipo de contador no la ofrece, aquí podemos recomendar que los instaladores implementen medidas de control con analizadores y/o contadores de energía en propiedad del cliente en lugar de alquilados, para recabar los datos de los consumos horarios y cuarto horarios, información vital a la hora de optimizar la potencia.

Aquellos suministros en alta tensión ya deberían disponer de, al menos, la curva horaria, a descargar desde la página web de la comercializadora correspondiente.

En cualquiera de estos suministros (doméstico, alta o baja tensión) se pueden realizar cambios en las instalaciones para mejorar la eficiencia y reducir el consumo, bien automatizando y controlando los arranques, encendidos y apagados de máquinas, iluminación, etc., o bien aplicando domótica para adecuarse a los periodos más económicos.

Tras un año 2020 complicado en muchos aspectos y con una bajada de la actividad en el sector, se abre un horizonte de oportunidades en el 2021-2022, no solo en lo referente a las nuevas tarifas y los retos que estas conllevan, pensemos en la infraestructura para recarga de vehículo en comunidades de propietarios y residencial, o en las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico, sistemas de almacenaje de baterías, hibridación de aerotermia, geotermia, y energía solar. Estemos atentos para aprovecharlas.

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