El Consejo Europeo ha adoptado formalmente la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios. Esta legislación establece el marco para que los Estados miembros reduzcan las emisiones y el uso de energía en los edificios de toda la UE, desde hogares y lugares de trabajo hasta escuelas, hospitales y otros edificios públicos. La Directiva revisada se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrará en vigor en las próximas semanas. Por su parte, los Estados miembros tendrán dos años para incorporar las disposiciones de la directiva a su legislación nacional, mientras que la Comisión Europea revisará la directiva de aquí a 2028, a la luz de la experiencia adquirida y de los avances realizados durante su aplicación.
La Directiva revisada establece objetivos ambiciosos para reducir el consumo global de energía de los edificios en toda la UE, teniendo en cuenta las especificidades nacionales. Deja en manos de los Estados miembros qué edificios deben orientarse y qué medidas adoptar. Asimismo, impulsará la demanda de tecnologías limpias en Europa y creará empleo, inversión y crecimiento.
Cada Estado miembro adoptará su propia trayectoria nacional para reducir el consumo medio de energía primaria de los edificios residenciales en un 16% de aquí a 2030 y en un 20-22% de aquí a 2035.
Rehabilitación de los edificios no residenciales
En el caso de los edificios no residenciales, se tendrán que rehabilitar el 16% de los edificios menos eficientes de aquí a 2030 y el 26% los edificios menos eficientes de aquí a 2033. Los Estados miembros tendrán la posibilidad de eximir de estas obligaciones a determinadas categorías de edificios residenciales y no residenciales, incluidos los edificios históricos o las residencias de vacaciones.
La Directiva exige la creación de ventanillas únicas para el asesoramiento sobre la rehabilitación de edificios, y las disposiciones sobre financiación pública y privada harán que la rehabilitación sea más asequible y viable.
Los edificios nuevos deberán ser de cero emisiones a partir de 2030
Por otro lado, la Directiva revisada establece que todos los edificios residenciales y no residenciales nuevos deberán tener cero emisiones in situ procedentes de combustibles fósiles, a partir del 1 de enero de 2028 para los edificios de propiedad pública y a partir del 1 de enero de 2030 para todos los demás edificios nuevos, con la posibilidad de exenciones específicas.
El documento también contiene nuevas disposiciones para eliminar progresivamente los combustibles fósiles de la calefacción en los edificios e impulsar el despliegue de instalaciones de energía solar, teniendo en cuenta las circunstancias nacionales. Los Estados miembros también tendrán que garantizar que los nuevos edificios estén preparados para la energía solar.
Climatización, recarga de VE y pobreza energética
Las subvenciones para la instalación de calderas autónomas alimentadas con combustibles fósiles no estarán permitidas a partir del 1 de enero de 2025. También se impulsará la adopción de la movilidad sostenible gracias a las disposiciones sobre precableado, puntos de recarga para vehículos eléctricos (VE) y plazas de aparcamiento para bicicletas.
Se apoyará a los ciudadanos en sus esfuerzos por mejorar sus hogares. La Directiva revisada también acoge medidas de financiación, para incentivar y acompañar las rehabilitaciones y estas deben de estar dirigidas, en particular, a los clientes vulnerables y a los edificios menos eficientes, en los que vive una mayor proporción de hogares en situación de pobreza energética.
Fuente: Casadomo