Tanto el gas natural como la energía nuclear tendrán las etiquetas de “verde” y “sostenible”, lo que les permitirá ser susceptibles de recibir algunas de las inversiones que también podrían ir a las renovables. Así lo ha aprobado hoy la Comisión Europea, en la presentación de su ‘taxonomía verde’. Con esta decisión, Bruselas se coloca del lado de países como Francia y desoye a países como España, que abogaba porque la Unión Europea únicamente considere verdes las renovables.
La neutralidad climática para 2050 es impensable sin la nuclear. La propuesta final de la Comisión es que la energía nuclear y ciertas plantas de generación eléctrica del gas se consideren inversiones verdes. De fondo está el objetivo de reducir a cero las emisiones en 2050. Un objetivo que, siguiendo la posición adoptada, parece imposible de alcanzar si no tenemos en cuenta la nuclear. Con tal de intentar cumplir estos objetivos, la Comisión Europea abarcará dos energías con tanto peso como la nuclear y el gas.
España deberá convencer a más de media Europa si quiere evitarlo. Además de España, países como Austria, Dinamarca o Luxemburgo también se han mostrado en contra. No ha servido para que la postura oficial de la Comisión Europea haya apostado por incluirlas. Una vez marcada la posición, toca votar. El Consejo y la Eurocámara tendrán que decidir, pero para que salga en contra se necesitan al menos 353 eurodiputados o 20 países que representen al 65% de la población.
La votación para establecer la posición de la Comisión no ha sido unánime. Mairead McGuinness, comisario de servicio financieros, ha expresado que “ha habido mucho apoyo”, pero sí han habido comisarios, como el español, que se han opuesto. Países como Alemania están divididos, en contra de incluir la nuclear pero a favor del gas. A partir de ahora hay cuatro meses de plazo para revisar esta propuesta y convencer al resto de países para modificarla. No será fácil ponerse de acuerdo.
Necesarias para la transición, aunque se impondrán condiciones. La Comisión justifica su inclusión como “puente” para la transición energética. El principal desafío es reducir el uso del carbón y ahí es donde entra la nuclear y el gas, aunque con condiciones. La propuesta de la Comisión Europea solo aceptará como verdes aquellas inversiones que cumplan una serie de requisitos, relacionados con temas tan distintos como por ejemplo la gestión de residuos o la eficiencia del ciclo de emisiones.
Para las nuevas plantas nucleares, deberán ajustar su calendario y su permiso de construcción deberá obtenerse antes de 2040. En el caso de las plantas de tercera generación la fecha límite será de 2045, mientras que los SMR no tienen fecha límite. En el caso del gas, las plantas se considerarán “verdes” cuando sus emisiones sean inferiores a 270 g de CO2 equivalente por kilovatio hora.
España quería un límite de 100 g de CO2 por KWh. Los 270 g de CO2 por kilovatio hora de la propuesta de la Comisión Europea están muy por encima del que proponían países como España, Austria, Dinamarca o Luxemburgo. Sin embargo, uno de los impulsos para defenderlo fue el último informe elaborado por UNECE, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa. En él se estableció que la energía nuclear es la que menos CO2 emite en todo su ciclo de vida.
Fuente: Xataka.