Una fiscalidad verde para impulsar la electrificación sostenible del siglo XXI

La iniciativa de Talento para el Futuro propone una reforma de la fiscalidad energética que rebaje los impuestos a la electricidad, acabe con los subsidios a los combustibles fósiles y deje de penalizar a las energías renovables. Esta solicitud nace tras una encuesta a 8.000 jóvenes (16-30 años), para indagar sobre las inquietudes de la juventud sobre energía en este periodo de transición hacia las energías no contaminantes. Se presentó a los legisladores a principios de octubre y en el informe resultante se pide la electrificación de la demanda (industria, movilidad y bombas de calor) para reducir el consumo de gas y petróleo y se aboga por el despliegue de las redes eléctricas, por el almacenamiento de electricidad y por una fiscalidad verde.

Este último punto es el más relevante, ya que, entre las iniciativas con más adhesiones de la encuesta a jóvenes, destaca la fiscalidad verde (56%) e impulsar los almacenamientos para reducir la dependencia energética y aprovechar toda la producción de energía renovable (49%), en segundo lugar.

El informe se concreta en siete puntos. En primer lugar, aplicar una fiscalidad verde que favorezca el uso de energías limpias y penalice las fuentes contaminantes, garantizando un marco fiscal que incentive la descarbonización y haga más accesible la transición energética para todos los sectores de la sociedad. Además, establecer un ajuste de carbono en frontera para evitar la competencia desleal de productos importados de países con regulaciones menos estrictas, garantizando que los productos que ingresan al mercado europeo cumplan con los mismos estándares de emisiones que los fabricados en la UE. Otro aspecto irrenunciable es la reducción del IVA de la electricidad al 5% para consumidores, como una necesidad básica en una economía en transición energética. Y reducir el Impuesto Especial sobre la Electricidad (IEE) al mínimo permitido por la UE (0,5%), ya que su origen fue para subvencionar el carbón (no se incentiva desde 2015).

Exigen también la eliminación del Impuesto sobre el Valor de la Producción Eléctrica (7%), sólo aplicado al sector eléctrico, penalizando la electricidad en comparación con otras fuentes fósiles. Y volver a introducir el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, para repartir los costos de las renovables entre todo el sistema energético, no sólo en la electricidad. Por último, se incluye establecer un sistema de créditos de carbono para la industria, incentivando la descarbonización y electrificación mediante precios energéticos transparentes y competitivos a largo plazo, promoviendo la adopción de tecnologías limpias.

Las cifras describen la importancia y urgencia de estos cambios. Con datos de 2023, el precio de la electricidad era de 0,29 euros/kWh, mientras que el gas sigue siendo mucho más barato, a 0,13 euros. Esta gran diferencia refleja una política tributaria que favorece al gas, con un 65% de subsidios frente al 25% de la electricidad, según datos de un reciente estudio de la patronal eléctrica europea, Eurelectric. A pesar de los esfuerzos de la Unión Europea (UE) por reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia la electrificación, esta disparidad pone en riesgo cumplir con los objetivos climáticos (los precios del gas siguen siendo mucho más atractivos, para consumidores residenciales e industriales).

El enfoque en la transición energética ha sido uno de los pilares del Pacto Verde Europeo, y aunque hay avances, las políticas tributarias actuales frenan el progreso hacia un futuro más limpio. Mientras que la electricidad, sobre todo la proveniente de fuentes renovables, debería ser incentivada como una solución a largo plazo; el gas, más barato y subvencionado, sigue ocupando un lugar destacado en el mix energético europeo. Esto tiene implicaciones no sólo para los hogares, sino también para el sector industrial, lo que dificulta una electrificación mayor de la sociedad.

El informe revela que el 89% de los jóvenes considera crucial la transición energética para combatir la emergencia climática. Los participantes apuestan por aumentar la producción de energías renovables y fomentar una movilidad sostenible. El 90% cree que las políticas públicas son determinantes en la transición energética, el 79% opina que la legislación debería ser más ambiciosa y el 74% siente que su voz no es suficientemente escuchada en decisiones energéticas. Los jóvenes encuestados identifican los intereses ligados a las empresas de combustibles fósiles y la falta de acuerdos políticos como los principales frenos para la transición.

‘El Futuro es Energía’

El documento presentado aborda las propuestas derivadas del proyecto ‘El Futuro es Energía’, enfocado en la transición hacia un modelo energético más sostenible y equitativo, que se complementa con un foro de expertos que incluyó a representantes de la sociedad civil, sindicatos, la industria y el legislador. El objetivo fue analizar cómo alinear las demandas ciudadanas, especialmente de la juventud, con las realidades técnicas del sector energético. Así, destaca otras iniciativas para avanzar en la electrificación en Europa:

1. Aumento de la producción de energías renovables. Se sugiere reducir la dependencia de combustibles fósiles, facilitar la electrificación de procesos industriales y agilizar los permisos para proyectos de renovables, así como invertir en hidrógeno verde y almacenamiento energético.

2. Modernización de redes eléctricas. El refuerzo y la expansión de las infraestructuras eléctricas son clave para integrar la creciente producción de energías renovables y garantizar la estabilidad del sistema.

3. Eficiencia energética y aislamiento térmico. Se plantea la rehabilitación de edificios y la sustitución de tecnologías contaminantes, como las calderas de gas, por soluciones limpias como las bombas de calor.

4. Movilidad sostenible. Las propuestas incluyen la promoción de vehículos eléctricos, la creación de una red de puntos de recarga y el impulso del transporte público y ferroviario como alternativas a los vuelos cortos.

5. Transición justa. Se busca que la transición sea inclusiva, con subvenciones para hogares vulnerables y créditos para adoptar tecnologías limpias.

El documento, pues, plantea una serie de propuestas para acelerar la transición energética, equilibrando sostenibilidad con justicia social y fomentando la participación ciudadana.

Fuente: ABC

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