Centros comerciales, industrias, estadios y equipamientos públicos suelen contar con grandes aparcamientos al aire libre que ocupan una enorme superficie, no siempre bien aprovechada. Sin embargo, estos lugares encierran una clave para impulsar la descarbonización: disponen de mucho espacio para instalar fácilmente placas solares que alimenten cargadores para coches eléctricos, ayudando en la expansión de los puntos de recarga —una de las carencias del sector—. Francia y Alemania ya tienen normativas que obligan a transformar estos enclaves con las que han multiplicado las instalaciones, mientras España carece todavía de ella —salvo en Baleares—. Sin embargo, algunos aparcamientos pioneros adelantan esta tendencia.
“Las zonas antropizadas —transformadas por el ser humano— tienen una enorme capacidad estratégica para producir energía renovable. Si además usamos esa energía para alimentar cargadores, podemos multiplicarlos rápidamente, como ya ocurre en otros países, lo que redundará en la expansión del vehículo eléctrico”, apunta Ladislao Montiel, de la Fundación Renovables. La entidad acaba de publicar un informe que pide a las Administraciones aprovechar el potencial de estos sitios y modificar la normativa para favorecerlo. “En algunas comarcas rurales ha habido problemas por la instalación de renovables, esta nueva modalidad permite producir mucha más energía en entornos urbanos donde se va a consumir. Además, la creación de aparcamientos solares disuasorios sería un enorme impulso para descarbonizar las ciudades”, prosigue.
Según el recuento de la fundación, Francia ha aprobado una normativa que obliga a instalar energía fotovoltaica en las zonas de parking al aire libre con una superficie de más de 1.500 metros cuadrados. Mientras, cuatro estados alemanes han hecho lo propio en lo referente a aparcamientos de nueva creación, con diferentes características. En ambos casos, han impulsado los cargadores de uso público, que ya superan los 188.785 en Alemania —en 2020 eran 42.000— y los 177.000 en Francia —unos 30.000 en 2020—, según la app Electromaps. Por comparar, en España hay unos 34.000 en funcionamiento, mientras otros 9.000 están instalados a la espera de su conexión a la red.
El Ministerio para la Transición Ecológica señala que en España hay un decreto que obliga a los edificios no residenciales a tener un punto de recarga por cada 20 plazas de aparcamiento, mientras que el Código Técnico de Edificación exige instalar paneles solares en los nuevos edificios —si tienen un aparcamiento asociado podrían aprovechar esa energía para puntos de recarga—. Sin embargo, no existe una normativa estatal que combine ambas facetas; sí la hay en las Islas Baleares, que incluyeron esta obligación para aparcamientos públicos existentes de más de 1.000 metros cuadrados, y a los nuevos privados que superen esta cifra. Además, el departamento de Teresa Ribera tramita unas ayudas de 220 millones de euros para la integración de renovables en infraestructuras antropizadas, de las que se podrían beneficiar este tipo de aparcamientos.
A la espera de una norma estatal, algunos aparcamientos pioneros ya se están convirtiendo en solares. Es el caso del Hospital de Móstoles. “El año pasado instalamos un aparcamiento solar con cinco puntos de recarga para coches eléctricos, cuya producción es de 557 kilovatios pico (kWp) —el potencial máximo de energía—. La energía que no se distribuye para la recarga de los vehículos se deriva y se autoconsume en el funcionamiento interno del hospital en todas sus dependencias, desde habitaciones, quirófanos, refrigeración, tecnología sanitaria…”, comenta Javier Tejedor, jefe del Departamento de Medio Ambiente de HM Hospitales. Desde la terraza del centro hospitalario se aprecian las placas a pleno funcionamiento, dando sombra a los coches y permitiendo que varios de ellos se recarguen.
“En España hay empresas que desarrollan soluciones combinadas de instalaciones fotovoltaicas y puntos de recarga para este tipo de ubicaciones, lo que favorecerá una industria nacional”, explica Arturo Pérez de Lucia, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive). Una de ellas es Sunpark, que precisamente puso las placas en el hospital madrileño. “Somos fabricantes de estructuras de marquesinas desde hace 40 años y en 2019 realizamos la innovación de incluir en ellas paneles solares y puntos de recarga. Está teniendo mucho éxito”, comenta Pablo Coll, director de la marca. “Las empresas que más nos las piden, tanto en España como en Europa, son centros comerciales, supermercados, y también aeropuertos y estaciones de tren”, añade.
Entidades pioneras
Por ahora, han realizado instalaciones en empresas como Schindler en Zaragoza (180 plazas y cuatro cargadores); Cementos Molins en Barcelona (250 y 15); o Imbisa en Madrid (250 y 16). También lo han hecho en instituciones como el Instituto de Salud Carlos III de Majadahonda (210 plazas y 10 cargadores); en el Puerto de Málaga (100 y 10) o en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid (550 y 30). Su sistema se puede instalar en algunas marquesinas existentes, aunque en las más antiguas hace falta cambiar la marquesina por completo.
Otras entidades apuestan por poner solo placas solares —como ocurre con algunos aparcamientos gestionados por AENA o con el de la Universidad Autónoma de Madrid—, o solo puntos de recarga, pero combinar ambos genera grandes ventajas. “Informes recientes señalan que impulsar parkings con marquesinas fotovoltaicas podrían dejar beneficios de entre 35.000 y 22.000 euros, tanto por la venta de excedentes como el ahorro de facturas gracias al autoconsumo, amortizando la inversión en un periodo entre cuatro y ocho años”, apunta Pérez de Lucia. Montiel tercia: “Los centros comerciales pueden aprovechar el espacio del que disponen para instalar placas, ofrecer el servicio de recarga a sus usuarios, aprovechar la energía para rebajar su factura de la luz y, además, publicitarse como más verdes y sostenibles”.
Poco a poco, las administraciones públicas también se van sumando. Enaire, la empresa pública que gestiona la navegación aérea en España, ha instalado aparcamientos solares en Sevilla y Canarias, con 100 puntos de recarga y una producción total de autoconsumo de 2,5 gigavatios (GW) en 2023. “En los dos próximos años ampliaremos las plantas fotovoltaicas en marquesinas en los centros de control de Madrid y Barcelona, cubriendo el 80% de nuestras instalaciones”, explica un portavoz.
Mientras, el Ayuntamiento de Pamplona ha transformado el parking del colegio público Cardenal Ilundáin con 2.736 paneles solares —capaces de producir 1,1 MW— y 16 puntos de recarga en sus 240 plazas; la empresa adjudicataria se ha comprometido a crear una comunidad energética en el barrio con parte de esa energía. Algo similar va a hacer el Consistorio de Zaragoza, que ha lanzado un concurso para instalar energía fotovoltaica en cuatro zonas de aparcamiento públicas de la ciudad, que llevarán aparejados cargadores (en un máximo del 5% de las plazas).
Pero falta mucho por hacer. “El Gobierno central podría impulsar estas instalaciones en los grandes aparcamientos de los aeropuertos y estaciones de tren, y las comunidades podrían hacer normativas como la balear”, apunta Montiel. De hecho, Adif explica que trabaja en la implantación de 46 instalaciones de autoconsumo en las cubiertas de diferentes edificios e infraestructuras de la red ferroviaria (estaciones, terminales logísticas, túneles…) para generar energía (hasta 8MW) tanto para las instalaciones como para puntos de recarga —prevé instalar 1.000 de ellos—.
En cualquier caso, en el futuro veremos muchas más. Monse Lavilla, portavoz de Soty Solar, adelanta que su empresa tiene en estudio varios proyectos con diferentes equipos de fútbol: “La Liga ha recibido 2.000 millones del fondo CVC y los clubes los van a aprovechar para actualizar sus infraestructuras —como los aparcamientos— haciéndolos más sostenibles”.
Fuente: Miguel Ángel Medina, de El País