El Diario Oficial de la Unión Europea ha publicado este miércoles, 20 de septiembre, la nueva Directiva Europa de Eficiencia Energética de los Edificios, que entrará en vigor 20 días después de su publicación. A partir de entonces, los estados miembros deberán transponer a su legislación nacional el articulado considerado de “mínimos”.
La publicación marca el paso final en el proceso legislativo que comenzó con la propuesta de la Comisión Europea en julio de 2021, como parte del paquete ‘Fit for 55’, que se complementó con una propuesta adicional como parte del plan REPowerEU en mayo de 2022.
La nueva directiva introduce una serie de medidas encaminadas a acelerar la eficiencia energética, incluida la adopción del principio de ‘la eficiencia energética primero’ en las políticas energéticas y no energéticas.
Entre las novedades, destaca la obligación de renovación de edificios del 3% anual de la superficie de edificios públicos de > 250 m2 con calefacción y/o refrigeración. Además, se introduce un enfoque diferente, basado en el consumo energético, para que las empresas dispongan de un sistema de gestión energética o realicen una auditoría energética.
Reducción del consumo de la energía final
La directiva establece también un objetivo jurídicamente vinculante para reducir el consumo de energía final de la UE en un 11,7% de aquí a 2030 (en relación con el escenario de referencia de 2020). Esto incluye para cada Estado miembro el requisito de fijar su contribución nacional indicativa sobre la base de criterios objetivos que reflejen las circunstancias nacionales. Si las contribuciones nacionales no alcanzan el objetivo de la UE, la Comisión aplica un mecanismo de brecha de ambición.
Por otro lado, el ahorro energético actual del 0,8% deberá incrementarse hasta el 1,3% en el periodo 2024-2025, luego al 1,5% (2026-2027) y al 1,9% a partir de 2028. Eso es un promedio del 1,49% de los nuevos ahorros anuales para el período 2024-2030.
El texto legislativo también obliga a los Estados miembros a dar prioridad a los clientes vulnerables y a las viviendas sociales en el ámbito de sus medidas de ahorro energético e introduce un objetivo de reducción anual del consumo de energía del 1,9% para el conjunto del sector público.
Otra innovación importante se refiere a la obligación de monitorear el rendimiento energético de los centros de datos, con una base de datos a nivel de la UE que recopile y publique datos.
Contempla, asimismo, la promoción de planes locales de calefacción y refrigeración en municipios más grandes e incluye incrementar progresivamente el consumo energético eficiente en suministro de calor o frío, también en calefacción urbana.
Fuente: Climaeficiencia